Esta expresión religiosa tiene su raiz en los cultos de origen Bantú, término con que la etnología occidental reunió bajo una misma denominación a la comunidad de pueblos del Africa oriental, central y austral que hablaban esa lengua en cualquiera de sus variantes.
Conocida también como Mayombe, esta Regla fue el resultado inicial de la transculturación de los credos bantúes a la sociedad cubana, en la que surgieron con la iniciación de los criollos otras vertientes como la Imbisa y la Brillumba, hasta llegar a la Kimbisa del Santo Cristo del Buen Viaje, organizada en el siglo XIX por Andrés Facundo de los Dolores Petit.
La Regla Conga en general tiene como rasgos característicos la vinculación con las fuerzas de la naturaleza, a algunos de cuyos elementos, como la vegetación, consideran animados por espíritus, a los que ofrecen albergue también en las profundidades de la tierra. Los antepasados están representados en el agua.
El centro de la ceremonia en este credo es la Nganga, recipiente donde se supone se encuentra el alma de un muerto sometida a la voluntad del iniciado a través de un pacto que los alimenta a ambos.
La posesión de la Nganga o prenda, junto a la posibilidad de emplearla sin limitaciones, es el elemento que distingue a la máxima jerarquía de esta expresion: el Tata Nganga o Tata Nkisi, quien puede realizar ceremonias de "Rayamiento" (iniciación) y nuclear a su alrededor a su grupo religioso.
Para sus funciones, el Tata se apoya en otras jerarquías menores de consagrados, como el Bakonfula ayonfombe y el Ngueyo, quienes junto al resto de los "ahijados" forman la Casa, la cual es autónoma en la realización de los ritos o ceremonias.
Un lugar destacado en la Regla de Palo lo ocupan los símbolos gráficos de carácter sagrado (firmas) para identificar a los espíritus, antepasados y orichas a los que se solicita el permiso para realizar las diferentes ceremonias culturales.
Al trazar las firmas los creyentes consideran que en ellas están representados los poderes sobrenaturales y que los mismo responden por la efectividad de la labor realizada.
Cada una de ellas adquiere una función personal para cada iniciado, que la emplea para identificarse ante su fundamento (nganga) y ante el resto de los creyentes. Por otra parte, expresa la relación con el espíritu protector con el que ha realizado el pacto.
El rasgo principal de los brillumberos consiste en el culto a los ancestros y a las deidades, que vinculadas con el panteón Yoruba*, reciben, de acuerdo al ritual palero, su correspondencia en objetos materiales.
En la Regla Kimbisa existe un fuerte sincretismo y tolerancia entre el elemento congo, la Regla de Ocha*, el espiritismo*, el catolicismo y las sociedades secretas masculinas Abakúa*.
De las creencias de origen bantú tomaron, entre otras cosas, sus concepciones relacionadas con la nganga, el animismo de las plantas, las aguas y la tierra, y la influencia de espíritus y antepasados.
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